Cuando los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDG) en el mundo están bajo una amenaza que cae sobre los sistemas económicos, son muchas las organizaciones mundiales que buscan alternativas para que no estén en riesgo irreparable.

Así es como la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) pide a sus miembros, a pesar de los nuevos rebrotes del Covid-19 en diferentes partes del mundo, mantener abierto el comercio fronterizo, los buques moviéndose y trabajar en la digitalización y desmaterialización de los procesos.

Es por esta razón por la que la UNCTAD se unió a la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (CEPE), la Organización Marítima Internacional (OMI), la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África (CEPA), la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL), la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia y el Pacífico (CESPAP) y la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia Occidental (CESPAO) para buscar, juntos, esas alternativas que permitan mantener las cadenas de abastecimiento en constante movimiento.

Para la organización, esta es la única forma de reforzar, mantener y salvar las economías de cada continente y de cada nación, garantizando no solo el abastecimiento de productos y servicios, sino también el comercio exterior.