Gestión Logística Urbana

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La ciencia que estudia la movilidad de las personas, las cargas y la información

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Por: Rogelio Gutiérrez P. – M.B.A. cDBA
Consultor internacional
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Si entendemos la Logística Urbana como la ciencia que estudia la movilidad de las personas, las cargas y la información en un entorno urbano – con el objetivo de optimizar la relación tiempo-distancia logrando el equilibrio entre competitividad y sostenibilidad para los actores de la sociedad que lo constituyen- es fundamental entender que el concepto trasciende el mejoramiento de los costos de la distribución de mercancías en el “último kilometro” para adentrarnos en toda una estrategia global a la que confluyen los diferentes actores empresariales, públicos, gubernamentales y comunitarios en pro de alcanzar que los espacios y las redes de conexión de las poblaciones – además de optimizarse de manera integral – proporcionen y preserven los mejoramientos en la calidad vida de quienes los habitan y transitan. 

Hablamos entonces de la Gestión Logística Urbana que planifica, implementa y monitorea las estrategias y acciones globales para que las operaciones del abastecimiento y los servicios logren los mejores niveles de competitividad y sostenibilidad de las ciudades en los que se suministran; ello implica la integración de la disposición tanto de la infraestructura como de la superestructura urbana (que en muchos casos están constituidas por recursos escasos, como la malla vial), la reglamentación oficial (impartida por los gobiernos locales), las prácticas empresariales de generadores y receptores de flujos de personas y carga, el accionar de los operadores y el comportamiento de los ciudadanos con los conceptos, estrategias, herramientas y operaciones logísticas y megalogísticas que incorporan modernas tecnologías de información y comunicación.

En ese orden de ideas en la logística urbana se tienen que involucrar – de manera sistémica – los temas del transporte en todas sus modalidades (de personas, de mercancías, de basuras y residuos, de emergencia y escolar, etc.) junto a las diferentes acepciones que las caracterizan (tráfico peatonal, individual y colectivo, motorizado y no motorizado de cargas comerciales, industriales y residuales, entre otras) con las operaciones de disposición y sostenimiento de las redes de infraestructura urbana (tanto las vías, parqueos y servicios, como las resultantes de implementaciones teleinformáticas) porque sólo mediante su planeación y manejo integral en búsqueda de sinergias entre ellas se pueden lograr optimizaciones individuales y/o conjuntas.


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Desde luego que todos esos factores que confluyen en la Logística Urbana toman sentido para cada uno de los grupos de interés que actúan en las ciudades porque se traducen en movilidad que es en últimas el direccionador que transforma los espacios físicos en económicos, es decir donde los sitios y distancias se transforman en tiempos y costos con sus consecuentes repercusiones en competitividad y/o calidad de vida de las personas y sus diferentes organizaciones socioeconómicas: empresas, familias, barrios y entidades gubernamentales, etc. porque el congestionamiento vial y la reducción de la velocidad de desplazamiento de los vehículos y las personas – a la vez que disminuyen la productividad, la disponibilidad y las promesas de servicio de las organizaciones – sustraen tiempo vital de los seres humanos y sus núcleos familiares y vienen acompañados de muchos otros efectos negativos como la contaminación ambiental, la accidentalidad y los problemas de salud.

Si bien los problemas para la movilización urbana siguen creciendo a nivel mundial – influenciados fuertemente por la dependencia de uso del vehículo – la urbanización dispersa que se expande con infraestructuras que desequilibran la utilización de medios alternativos de desplazamiento, propician el crecimiento de espacios dependientes del automóvil y consecuentemente los motivos racionales y aspiracionales que incentivan la compra, exhibición y uso del vehículo particular. 

Sin embargo en ciudades como por Bogotá, Medellín, Quito y Lima (por citar sólo algunas de las grandes urbes de Latinoamérica) el problema aumenta tanto por la ausencia o retardada acción de las instituciones gubernamentales en la formulación de políticas y medidas de Logística Urbana como por el bajo nivel de compromiso empresarial privado en la implementación de planes y prácticas competitivas de gestión logística responsable socio-ambientalmente y desde luego por los bajos niveles de cultura y participación ciudadana de la comunidad y sus fuerzas vivas.

Donde pueden concurrir todos los actores de una ciudad alrededor de la movilidad es en un marco general de políticas, medidas, realizaciones y programas que se podría denominar Plan Maestro para la Logística Urbana y que fundamentalmente estaría representado en cuatro grandes bloques:

  • 1.Infraestructura y superestructura para la movilidad.
  • 2.Sistema de políticas y acciones administrativas.
  • 3.Sistema de procesos y medidas operativas.
  • 4.Estrategias de socialización y participación ciudadanas.

El primero hace referencia a la planeación y ejecución de construcciones y acondicionamientos de mallas viales, zonas de cargues y descargues e intercambios modales, al igual que los equipamientos estructurales y las redes tecnológicas que soportan los flujos de información y comunicaciones.

El segundo trata la suma de directrices, reglamentaciones y medidas (tanto preventivas como punitivas, disuasivas y/o motivadoras) de tipo administrativo que conllevan a la regulación y cumplimiento de las políticas, normativa y disposiciones para el aseguramiento de los flujos de las diferentes cadenas de abastecimiento de las ciudades y territorios.

El sistema de procesos y medidas operativas corresponde al conjunto de formulaciones, implantaciones e implementaciones de las actividades de la  generación, operación y recepción de los flujos en la ciudad y en la que indudablemente confluyen la mayoría de las operaciones logísticas que influyen en el desarrollo industrial, comercial y de manera general en la movilidad de las personas, los materiales y la información y que desde luego son las  que impactan la competitividad de las organizaciones con los consecuentes efectos socio-económicos en el territorio y sus habitantes. 

Finalmente, es imprescindible – en un entorno urbano moderno – que todas las estrategias y acciones alrededor de operaciones que comprometen directamente a sus habitantes se generen y desarrollen en un ambiente de concertación de los diferentes actores que intervienen en los flujos de la ciudad, al igual que la promoción y aprovechamiento de la participación ciudadana.

Quizás uno de los más grandes errores  en la historia de las decisiones regulatorias en materia de medidas que impactan en la movilidad se ha presentado cuando el “decreto” no ha sido precedido de un juicioso y deliberado proceso de proposición, deliberación y compromiso de los diferentes factores que afectan y se afectan – positiva o negativamente – con tales decisiones oficiales. 

De manera global podíamos decir que para la formulación e implementación de un plan maestro de Logística Urbana (que tendría que ser uno de los soportes fundamentales de cualquier POT- Plan de Ordenamiento Territorial de una ciudad o región) es imperativo el involucramiento tanto en el análisis y diseño como en su implementación y desarrollo, de los generadores, operadores y receptores de los diferentes flujos de movilización. 

Dentro de todo ese universo de stakeholders de la movilidad es fundamental que las autoridades que legislan, ejecutan y las normativas y regulaciones partan de un planteamiento técnico y estratégico soportado en los principios de la gestión logística, a la vez de propiciar acciones de concertación entre los diferentes actores con el apoyo de la academia (por más incipiente que en nuestros países sea la experticia en logística NO OPERATIVA) y sobre todo que mediante la sensibilización, capacitación y difusión se logre la decidida y comprometida participación ciudadana para el mejoramiento de su calidad de vida y la competitividad mundial, a partir de la optimización de la movilidad en sus ciudades y territorios.

¡Es impensable concebir un Plan de Ordenamiento Territorial que no se soporte en un planteamiento estratégico de Logística Urbana!

Rogelio Gutiérrez P.
SCM – Consulting & Advisor

(*) El Doctor Gutiérrez es Máster en Gestión de Empresas de la Universidad Ramón Llull de Barcelona y actualmente se encuentra desarrollando su tesis del Doctorado en Administración del Swiss Management Center University. Tras varios años de ocupar cargos gerenciales en Gestión de la Cadena de Abastecimiento, actualmente se desempeña como Consultor Empresarial y es catedrático de postgrados de prestigiosas universidades en Latinoamérica.

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