El blockchain y la cadena de suministro

4 de agosto

El futuro, hoy más que nunca, es de los que buscan las oportunidades y no las dejan pasar, de quienes tejen sus sueños con disciplina y constancia hasta hacerlos realidad; de los que siguen viendo un mundo lleno de posibilidades e invierten en comprenderlo…

Por: Diego Luis Saldarriaga R.

Gerente de Operaciones y Logística del Grupo Familia

“Es pasar del Internet de la información al Internet del valor”.

Muchos, por ejemplo, creen que después de Uber, Airbnb, Google, Glovo o todos los nuevos negocios de la mal llamada economía colaborativa, no habrá nada más. Este artículo pretende aclarar que si hay mucho más por venir y que el mundo tal como lo conocemos hoy será casi irreconocible en diez años, así como hoy es irreconocible en el que vivíamos hace diez años atrás.

La mayor tendencia es eliminar intermediarios, y Uber, por ejemplo, no deja de ser un intermediario, más ágil y un poco más económico, sí, pero al fin es un intermediario. El mundo puede tener un respiro cuando los negocios se hagan directamente entre quien fabrica un producto o un servicio y quien lo consume, es decir, sin terceros.

Orientado por esta necesidad de contactar las personas entre sí para eliminar intermediarios, Satoshi Nakamoto, un individuo o grupo de individuos (aún es un misterio realmente quién es, pues se desconoce su verdadera identidad), experto en criptografía, programación y aparentemente en economía, lanzó en el 2009 una nueva revolución tecnológica llamada blockchain.

El blockchain es un sistema de redes P2P (peer―to―peer) distribuidas, que permiten comunicar a un creador o vendedor de un producto con un usuario, sin necesidad de intermediarios y pagando con una moneda virtual. Esta tecnología derivada del protocolo creado por Satoshi Nakamoto en 2009 genera múltiples posibilidades al IoT. 

Bienvenidos al mundo de las Dapps

Una derivación es la plataforma Blockchain Ethereum, que permite nuevas posibilidades de programación en los nodos de bloques, crea el concepto de propiedad digitalizada, y las aplicaciones descentralizadas Dapps. Sin pretender lucir como un experto en programación o en tecnologías, sí he investigado y creo conveniente dar una explicación un poco más técnica de este concepto y no tan a la ligera.

Si nos ponemos a recapitular, las primeras cuatro décadas de Internet nos ha traído, el World Wide Web, las redes sociales, las empresas informáticas, la red móvil, el almacenamiento en la nube y los primeros días del Internet de las Cosas. Asimismo, nos ha traído un gran regalo: la democratización de la información. Ahora no podemos decir que no sabemos que eso existía, pues todo está al alcance de un clic. Entonces, no aprovechar ese gigantesco poder de la información disponible y democratizada, es como tener un regalo sin abrir.

La base del protocolo blockchain se fundamenta en la confianza

El blockchain es como un libro de contabilidad distribuido, o una base de datos distribuida en todos los nodos de la cadena, diseñada para evitar su modificación una vez que un dato o transacción es registrado en ese libro mayor de esa base de datos distribuida.

Los intermediarios se necesitan hoy en día porque no existe confianza y la responsabilidad debe recaer en ese intermediario que de alguna manera autentifica una transacción. Necesitamos un abogado para que nos perfeccione un contrato que regulará una compraventa, de esa manera nos sentimos más seguros con la transacción. 

Se necesita un notario para que certifique que un titulo de propiedad sí es nuestro, o necesitamos un banco para que nos certifique que cuando transferimos dinero de A a B, ese dinero no se gaste dos veces, es decir, que no se lo gaste A antes de llegar a B o que no se lo gaste B antes de recibirlo. Exactamente para eso es que se ha construido todo un sistema bancario, para garantizar que el dinero no se gaste dos veces y esto lo logran los bancos con una serie de sistemas que permiten al fin de todo cumplir esa promesa.

Este protocolo, que permite crear confianza mediante códigos inteligentes, es lo que develó un tal Satoshi Nakamoto encubierto en un artículo publicado el 31 de octubre de 2008 a una red privada y titulado Bitcoin, “Un sistema de dinero en efectivo electrónico de igual a igual” ―Bitcoin: A Peer to Peer Electronic Cash System― que en nueve páginas hablaba de criptografía y de un sistema de transacciones electrónicas de dinero basados en las existentes redes P2P. Este artículo revolucionaría el mundo. 

Nunca había existido la posibilidad de hacer transacciones entre individuos, autenticadas por la colaboración de una red abierta, No. Hasta ahora eso era posible por empresas autenticadoras que buscan sus intereses monetarios individuales y no colectivos. Entonces, la cadena de bloques o blockchain nos permite enviar dinero de una persona a otra y de manera segura, sin pasar por un banco o un medio de pago como PayPal, PayU o un sistema de tarjetas de crédito.

Un código fuente libre

Satoshi creó el blockchain por medio de un código llamado Bitcoin Core, que es un código fuente libre, es decir, todo el mundo puede descargarlo de Internet, modificarlo y crear programas de transacciones en línea que quedan disponibles para los demás. El blockchain es público, no es de nadie, y funciona como una cadena de computadores voluntarios conectados, como el suyo o el mío, en donde cada uno es un nodo de la cadena que reside en la red, por eso es pública, nadie puede auditarla porque la información esta fragmentada en cada uno de los computadores de la red que sirven como autenticadores. 

Las redes P2P no son nuevas, son las mismas que son usadas para descargar una canción cuando no se quiere pagar. Cuando usted descarga una canción, no la descarga de una dirección IP específica. Pues si así fuera, podrían rastrearlo e identificarlo y así controlar la piratería de la música. Realmente está distribuida en un sin número de computadores de donde un programa matriz extrae cada pedacito para agregarla a su computador, esta es la tecnología que Satoshi perfeccionó dándole poder a cada computador privado.

Satoshi creo este programa para poder transferir valor a través de la red, ese valor lo llamó Bitcoin, una moneda virtual que está en crecimiento desde su creación en el año 2009. La magia de esta tecnología es la siguiente: el programa que Satoshi creo genera 50 bitcoins cada 10 minutos, pero crear un bitcoin no es fácil y así como en la vida real, en donde conseguir dinero físico no es tan sencillo, obtener un bitcoin tampoco lo es. 

Los factores como el de poder representar un valor, poder realizar un intercambio y que sirva para referenciar el valor de las cosas, son los que le confieren valor al dinero y todo esto lo tiene el Bitcoin. Precisamente, su dificultad para obtenerlo es lo que le confiere valor. Otras características de una moneda son la escasez, su portabilidad, que sea difícil de copiar, su perdurabilidad en el tiempo, fácilmente divisible y que sea deseable. Que tenga un valor en sí mismo, que sirva para ponerle precio a las cosas, eso es el bitcoin. 

El oro virtual

Un puñado de harina no tendría valor, pues es de fácil consecución, pero el oro es de difícil extracción y para obtenerlo se requiere de mucho trabajo, pues el bitcoin es como oro virtual, por eso está creciendo como moneda, y se le confiere un valor parecido al oro. 

Satoshi asimiló el bitcoin a la minería tradicional, como la que se usa para minar el oro, en cada persona debe resolver un acertijo para obtener y destrabar un bloque que contienen 50 bitcoins. Este acertijo funciona como un método de encriptación, de los que son usados actualmente. Por ejemplo, si yo quiero enviar por la red el número 11, puedo enviarlo de la siguiente manera: 20-8+4-2-1-5+3, que es lo mismo que 11.

Aquí el “minero” debe, con sus recursos computacionales, resolver ese acertijo para obtener el premio. Desde luego llegar a 11 es posible después de probar múltiples configuraciones y usar grandes recursos computacionales, como capacidad de almacenamiento de datos y energía, pero como ha de suponer el lector, no será una tarea fácil y han de emplearse instrumentos y habilidades computaciones elevados para hacerlo.
Una vez ese “minero” ha descifrado el acertijo, los demás miembros de la cadena de bloque deben autenticar ese trabajo y solo ahí se transfiere ese dinero virtual, representado en Bitcoins, a la billetera virtual del minero.

Así pues, que ya disponemos de un registro público y confiable que autentique las transacciones sin que tenga que mediar con un sistema poderoso, como el de los bancos, para poder hacerlo. Puede haber posibilidad para múltiples transacciones y nuevos negocios podrían construirse a partir de esta nueva tecnología. 

Por ejemplo, imagínese un Uber, la cual sería una Dapps en donde yo me relaciono directamente con el dueño del vehículo, sin que exista una empresa como Uber de intermediario. Esa sí será la verdadera economía colaborativa. Otro ejemplo sería el de una persona que necesitara un préstamo, supongamos que de $100.000; entonces, coloca esa solicitud en el blockchain y alguien, digamos de Singapur, podría otorgarle el crédito, y así ustedes no se conozcan el blockchain permite que hagan esa transacción. 

Usted se preguntará, ¿Cómo el señor de Singapur puede confiar em mí? En una red pública conectada y entre iguales, donde todo estará conectado con todo, todos los objetos estarán conectados, todos los documentos digitalizados, él sabrá por ejemplo que usted no tiene en el registro blockchain público ninguna infracción de tránsito, ninguna cuenta por pagar vencida; podrá ver sus documentos de propiedad digitalizados, sabrá de sus emprendimientos, de sus ideas, de sus sueños, conocerá sus calificaciones de la universidad, sus afinidades, sabrá todos los detalles que quiera saber para probar lo fidedigno que es usted. 

De esta manera usted podría pactar directamente con él los intereses, plazos y en general las condiciones del crédito. Él procederá a transferirle la moneda virtual, que puede ser el bitcoin u otra a su monedero y al instante usted podrá disponer de este. El proceso podría tardar horas y no días o semanas como es en la actualidad. Con el blockchain todos tendremos una identidad digital en línea y eso es lo que bastará. 

En una red blockchain lo de menos serán tus posesiones materiales o el metálico en tus cuentas que soporten una transacción o lo que realmente posees. Será más importante lo que realmente eres o lo que puedes llegar a ser, y eso lo autenticará tu comportamiento en la red, todo dependerá de tu comportamiento.

Por supuesto, para hacer ese préstamo interviene un banco, tal y como sucede en el sistema tradicional y obsoleto, pues hay costos en el proceso y demoras que derivan en el sustento y rentabilidad los bancos. En la era del blockchain, esos tiempos y esos costos exorbitantes desaparecerán o se reducirán a su mínima expresión. 

El blockchain como plataforma de mejora en tiempo y costo

Para ejemplarizar el tremendo poder de esta tecnología en lo que se refiere a tiempo y costos, pensemos en Aloa, una migrante de India que trabaja de oficinista en los Estados Unidos. Cada semana, más exactamente los viernes por la tarde, recibe un cheque de USD $720 por su trabajo. Los sábados, religiosamente se dirige al banco local para volver efectivo ese cheque y luego se dirige a un Western Unión a ponerle un giro a su hija en Nueva Delhi. Si analizamos bien esta situación, por estas dos transacciones Aloa ha perdido al menos un 5% del dinero que le depositará a su hija. 

Por otra parte, deben pasar al menos 4 días para que su hija pueda dirigirse a otro Western Unión en Delhi para retirar su dinero. Por un momento piense en esos cuatro días y en lo que pudo haber hecho Western Unión con ese dinero, y sin mencionar que su hija también deberá pagar un fuerte porcentaje para retirar el dinero…

En un ambiente bajo el blockchain, la plataforma Ethereum ya está lanzando algunos protocolos fiables para este tipo de transacciones. Aloa simplemente convertiría el dinero en bitcoins, pasaría en segundos a transferírselos a su hija que se dirigiría a un comercio vecino, que también recibirá Bitcoins, hará sus compras, le traspasará el valor de sus compras en bitcoins al dueño del comercio, quien hará lo propio con sus proveedores y estos con sus proveedores, generando una cadena de pagos con dinero virtual con tiempos muy cortos entre transacción y con costos irrisorios. La productividad de toda esta cadena se la quedan los dueños de las transacciones, no los intermediarios como lo es hoy en día. 

A un banco le es difícil prestar dinero, por ejemplo, a un recién graduado de alguna universidad, así tenga un prominente futuro; solo está soportado por su conocimiento recién adquirido, su brillo en los ojos y su ímpetu, algo que no será suficiente para el banco. El blockchain sí podrá ver todo eso sin que estés presente. No se nos olvide que tiempo y costo son los que se gestiona en logística, por eso el blockchain trae tremendas posibilidades para los que gestionamos procesos de la cadena de suministro.

El blockchain y la cadena de suministro

Para la cadena de suministro, la cadena de bloques abre un mundo de posibilidades, estas tecnologías podrán facilitar la conexión de las cosas y llevar la conectividad del IoT a un segundo nivel. Un poste de la energía, que es un objeto, podría cumplir con funciones adicionales a las que cumple hoy en día, como por ejemplo enviar señales climáticas a centros de control, controlar el tráfico dando órdenes a los semáforos que también podrán ser inteligentes.

Asimismo, podrá notificarme a mi o a otros conductores que conduzcan por otra vía porque existe un accidente, que un vehículo no pueda arrancar si no están en regla los documentos, si su conductor tiene infracciones pendientes por cubrir o su examen de visión está vencido. Esta tecnología le pondrá ojos, oídos y habla a las cosas.

En un futuro será posible ver productos que digan “¡Recógeme!”, máquinas que digan “¡Repárame!”, escuchar a nuestro cuerpo decir, “¡Ve al médico!”, recibir un holograma sin importar en donde estemos y que nos informe el estado de los indicadores del CEDI, recibir ingresos de nuestro camión de reparto autónomo, recibir ingresos pasivos de las compañías si les enviamos nuestros datos (sensores de salud), ver un contenedor hablando con un camión o un montacargas con el camión. “¡Envíame un camión que me recoja!”, diría el pallet; “¡Recógeme!”, diría el contenedor de basura rebosante; “¡Resúrteme!”, diría el producto exhibido en el hogar al fabricante, etc.

En los ambientes de manufactura, podrá conectarse cualquier máquina con cualquier objeto haciendo la producción actual una completa desconocida. En un futuro, las máquinas se auto diagnosticarán, se auto repararán, se auto cambiarán, y se podrá crear una simbiosis perfecta entre máquina y humano que llevará a los extremos que conocemos hoy de productividad.

Satoshi apareció en redes por última vez en 2011, pero su legado a través de su protocolo fiable está creando la verdadera revolución tecnológica, la segunda generación de Internet; es pasar del Internet de la información al Internet del valor. Ya estamos inmersos en la economía del comportamiento y eso es lo que realmente valdrá en el futuro. 

Ya estoy casi en la mitad de camino de mis auto clases de Phyton, tal vez las interrumpa y empiece las de Bitcoin Core.

 

Comparte esta publicación

Formulario interesado en Introducción a la Ingeniería de Operaciones
formulario Interesado en Gerencia de los Procesos de la Cadena de Suministros
Formulario Interesados Gestión de Inventarios en la Práctica
body