El virus que comenzó a mediados de diciembre en China no solo tiene en vilo a la comunidad médica. El temor ha permeado diferentes esferas sociales, entre ellas, los procesos de transporte marítimo.

Demoras en la instalación de depuradores en astilleros chinos es el foco del problema que ahora afecta al sector de transporte de mercancías por vía marítima. El brote de la enfermedad que ya lleva más de cien muertos y que tiene incluso a 2 ciudades del gigante asiático aisladas, tiene a las autoridades marítimas pensando en alternativas que no afecten ese eslabón de la cadena logística.

La razón de esto es la incertidumbre sobre la permanencia de la mano de obra ante el brote infeccioso.

En cuanto al mercado de graneles secos, quienes lideran esa división aseguran que ya se están preparando para lo peor, aún cuando hasta la fecha no se haya registrado un impacto directo del virus.

Y es que quienes mueven carga seca desde China aseguran que la incertidumbre que crece alrededor del Coronavirus no es positiva y no ha afectado aún los movimientos de caja, pero que desde ya se preparan para lidiar con cualquier tipo de colapso financiero o crisis monetaria derivados de la situación de salubridad que se extiende por el mundo entero.

Lo cierto es que tanto empresarios como inversionistas y operadores del transporte marítimo que sale de China prefieren no tomar decisiones apresuradas y esperar a ver cómo cambia la situación del virus con cada semana. Con ello evitan que fluctuaciones en el mercado a raíz de las consecuencias sociales y económicas del Coronavirus terminen por afectar también el mercado.