La temporada seca que cruza la cuenca hidrográfica del Canal de Panamá puso al 2019 como el quinto año más seco en las últimas 7 décadas, por lo que la administración de la vía de tránsito busca cómo mantener los niveles que permitan cumplir con la demanda de agua.

Una reducción del 20% en las lluvias durante el 2019, pasando de precipitaciones de un promedio histórico de 2,695 milímetros anual a 2,149 milímetros, es la causante de que en el Canal de Panamá estén buscando las mejores alternativas que permitan no solo funcionar normalmente, sino también atender a la población que se beneficia del embalse Gatún.

Desde el 2018 ya se había ordenado la suspensión de generación de energía en la hidroeléctrica de Gatún con el objetivo de no usar agua en la operación de las turbinas. Esta medida se mantiene junto a la eliminación de la asistencia hidráulica en las esclusas Panamax.

A su vez, para ahorrar agua y reducir su vertido al mar, el canal está realizando esclusajes cruzados, a través de dos carriles, además de usar las tinas de ahorro de agua que están en las esclusas Neopanamax.

Pero la que sea tal vez la acción más importante para ahorrar agua está enfocada a optimizar el tránsito de los buques que, permitiendo que, en la medida de lo posible y según el tamaño, transiten dos naves al mismo tiempo.

Esta semana se esperaba que el nivel del embalse que alimenta el canal estuviera en los 26,80 metros, pero el registro fue de 25,72, un reflejo de la temporada seca que se extendió hasta el mes de diciembre y que tiene al embalse Alhajuela, 10 veces más pequeño que Gatún, vertiendo parte de sus aguas para garantizar el suministro de agua a 8 poblaciones, además del buen funcionamiento de la principal conexión entre los océanos Atlántico y Pacífico.

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